CORAZÓN EN CONSERVA
No recuerdo haberlo visto irse. Me desperté en el sofá a la 1:10 de la tarde, muerte en la tarde, y hacia calor, el sol entraba a degüello a través de los huecos de la persiana para ir a parar al frasco que había en el centro de la mesa de café. -Francis- había pasado toda la noche conmigo, cociéndose en una salmuera alcohólica, nadando en la extensión mucosa del fenecido diástole. Sentado allí, dentro del frasco.(Charles Bukowsky, Cartero).

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