INDIGNANTE (post bien largo este, oiga)
Pongamos un caso, uno hipotético: un día, desparchada, paso por una iglesia y decido entrar a verla (en mi caso, mas por morbo y para ver lo que hay en ella que por otra cosa, no resisto las misas, ni los pegajosos cánticos), entro, obvio, cuando no están en misa, paso por cada una de las capillas y noto extrañada que hay espacios vacíos sobre los muros que se hacen mucho mas evidentes por que tienen una marcada forma rectangular y un color diferente al resto de la pared; como buena chismosa, ubico al encargado de la iglesia y le pregunto el por que de los vacíos, el señor(a) me responde que los cuadros están siendo restaurados, “bien”, pienso yo, y como para no dejar pasar la oportunidad aprovecho y pregunto si sabe de quien son, que tan viejos son, no se, bla, bla, bla… y seguramente cuando este saliendo de la iglesia, me diré a mi misma, “mi misma, ojala no se los roben una vez vuelvan a la iglesia…”
Digamos también que tiempo después, otro día de desparche, vuelvo a pasar frente a la iglesia, recuerdo lo que me contó el señor sobre los cuadros y entro a ver como quedaron, y noto –de nuevo con sorpresa– que aun están los espacios vacíos; pienso para mis adentros que una restauración es súper demorada y busco de nuevo al encargado de la iglesia, le pregunto por los cuadros, para que el o ella me responda que ya están restaurados pero que el Señor Padre los ubico en la casa cural, “hummm, Padre egoísta”, pienso yo, y me voy de la iglesia. Pues bueno, el ejemplo, como el lector mas perspicaz ya se habrá dado cuenta, no es hipotético, y el padre no es un tipo egoísta, y yo no entre a la iglesia a chismosear tanto.
Entre agosto y diciembre del año pasado (2005) algunos cuadros de la Arquidiócesis de Bogotá fueron restaurados por estudiantes de restauración del externado (no, no es propaganda, aunque la necesita, ya casi no se presenta nadie a estudiar esa carrera –no los culpo–, y a manera de dato curioso, el porcentaje de hombres que lo hacen es minúsculo, como de 2 a 17), no todos los cuadros estuvieron listos para cuando acabo el semestre, pero las intervenciones fueron terminadas por las profesoras y por un par de estudiantes mas durante la primera parte del 2006, bueno, el caso es que para este momento todas las obras ya están de nuevo en su "casita", y sí, no están “expuestas” en los lugares que anteriormente ocupaban.
A lo que va esta pastoral, es que si bien se sabe que el tema del patrimonio es algo que interesa realmente a pocos, y a lo que se le presta muy poca atención, y que esta bien descuidado, es bastante alegre ver que existen unos cuantos objetos y lugares suertudos que tienen la posibilidad de ser restaurados, obras, que en este caso, aunque sean de la iglesia (como institución), en realidad le pertenecen a la comunidad, lo que las hace verdadero patrimonio, y solo por eso merecen/deben ser restauradas.
Aunque suene horrible para aquel purista de la restauración que desafortunadamente, y por pura casualidad, pase por acá, lea este post, y tenga bien en mente aquello de los valores y todos esos discursos que logran que uno se vea envuelto en discusiones como: reentelar vs no reentelar, o por que no llegar hasta el nivel del original*, para mi la vaina es mas simple, acá se restauraron las obras “pa` que se vieran mas bonitas caray”, y claro esta, para que las vieran mas bonitas (en uno que otro caso, básicamente para que se vieran, por que algunas ya estaban tan oscurecidas que a duras penas se podía reconocer forma alguna), o si no cual es el sentido de hacerlo?.
Lo que me indigna de la situación (y puedo decir que no solo a mi, al menos a una persona mas), es que los cuadros no puedan ser vistos por las personas que van a la iglesia, y esta bien, acepto que me digan que no estaban puestos en los mejores lugares para ser vistos, no se en realidad cuantas de ellas recuerden que cuadros son los que ya no están, si alguien los miraba, o mejor aun, les rezaba, es mas, si noten que ya no están (aunque los vacíos de las paredes son extremadamente evidentes) y si los extrañen o les interese, pero en este caso, se restauro para ellos; si los cuadros muy bonitos (y quedaron preciosos), pero no están en la sala de mi casa, o en la de alguien mas (y menos mal, si a mitad de la noche me levantara por un vaso de algo, y los viera, es posible que me asustaran y hasta hicieran que me convirtiera en fanática religiosa), y si la excusa para no volver a ponerlos donde estaban es que necesitan mejores “condiciones de exposición”, ¡PUES PAILA! estuvieron en ese mismo lugar un huevo de tiempo, y llegaron hasta este momento, y las condiciones de la iglesia si cambian, no lo harán rápidamente, así pues, esa no es una excusa que me parezca valida.
Por mi parte, soy de las que dicen: “¡que vaina!, cuélguenlos otra vez, y que los vean, y que alguien pueda ver que esa monja que esta allá pintada es una Santa Gertrudis, o por lo menos que tiene un anillo y un “bastón”, y que hay un tipo que cual “mamona” llanera esta siendo asado en una parrilla, y si se los roban… pues que caray, al menos se corroborara que despertaron mayor interés que antes. Como dicen por ahí (y se ajusta perfectamente a la situación) “las cosas son del que las usa” y esas pinturas son de los que las veían…”. Espero por Ala, que si no las vuelven a poner al menos pongan otras que llenen los vacíos de los muros. Pues nada, por esta vez, y para no ser tan solo una quejetas mas, creo que pasare por la iglesia y hablare con el padre, con la academia no, conozco ya bien su entendible (lo digo en serio) posición.
*Aclaro por si alguno de ellos pasa por acá, se reentela por que es necesario, y sí, algunas veces si hay que echarle cabeza a eso de llegar o no al nivel del original, pero lo que no es necesario es volver toda decisión algo tan conflictivo de tomar. Virgen! La gran mayoría de veces las cosas son bien simples…
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